febrero 02, 2006

Pásele por lo barrido

¡Fíjate pendejo! – Excelente palabra para comenzar la mañana y mas por que viene de una dulce señora de 18 años con 3 niños que cruza por detrás de mi auto en el momento que lo saco de la cochera.

¡Pues use la banqueta, vieja infame! – Replico.

¡%&#$”#$ a tu madre! – Me leyó las cartas en una sola frase.

Pues sí, que lógico suena decir “use la banqueta” dentro de una sociedad funcional de vecindad, pero aquí en esta colonia existe un pequeño problema: Nadie les enseño a los vecinos, para que sirven esas líneas de concreto frente a sus casas, nadie les comento cual era el funcionamiento de las mismas, mucho menos en su educación básica de la cual no saben que significa “despejar X de Y”, en la cual podrían haber escuchado que fueron inventadas por los Romanos para ser calzadas por los paseantes para que no estorbaran a las carrozas y a los caballos.

Aquí la gente piensa que es una extensión más de su choza, antro, pocilga ó como ellos le llamen a donde viven. Se tiene la creencia que dichas banquetas sirven para llenarlas de macetas, basura, fierros viejos, o bancas hechas de cemento para que las pandillas locales se junten cómodamente y planeen sus marrullerías nocturnas y muchas veces diurnas. Ya que muchos de los integrantes de estas asociaciones delictivas menores son hijos de los vecinos, los mas mimados por ellos, los cuales trabajan en alguna empresa de operarios generales y si su pago fuera con cerveza o churros trabajarían mas duro haciendo el trabajo que hacen, el cual hasta un burro podría hacer y con mejor eficiencia.

En ese punto comprendo al producto de la sociedad desintegrada y promiscua, me refiero a la señora de 18 años que me compartió parte de su vocablo más culto. Es imposible caminar sobre las banquetas y aun peor es imposible caminar aun lado de la misma por que ahí es donde se estaciona el auto familiar, el cual muy probablemente será un chevy 66, o un capprice, o algún otro modelo antiguo, o un auto chueco para el más adinerado y en muchos casos carros que hacen competencia con los de la Habana, Cuba.

Caminar por las calles no es una tarea sencilla y más si se es más de una persona. Lo que le queda por hacer a esta pirujilla principiante es caminar en fila india con sus mocosos muy pegados a los autos para evitar ser arrollada por camiones/autos/carretas de basura/camión de la cerveza/bicicletas a toda velocidad, y tratar de no estar tan cerca de las chatarras metálicas por que es el lugar perfecto para que el perro del vecino se acueste y espere una víctima.

Gracias a [ponga su Dios preferido aquí] tengo un auto pequeño, una ATOS by Dodge 2002 y con él tengo la ventaja de pasar cómodamente sobre las calles mirando pasar todo tipo de personas a mi lado, una que otra es perseguida por un perro enfurecido y otras mas maldicen sus vidas cuando un vehículo les pasa a toda velocidad a escasos centímetros de ellos.

Que hermoso es empezar asi la mañana.

febrero 01, 2006

Soy humano

¿Eres del mudo? - Decía la hermana Matildita (1904-1998), de 90 años, la cual había estado codo a codo con la hermana Romanita Carvajal de Valenzuela, fundadora de la Iglesia Apostólica de la Fé en Cristo Jesús, allá por el año 1919.

Eso le daba a ella toda la autoridad moral para poder cuestionarme acerca de mi manera de pensar acerca de los católicos y otros religiosos, puesto que la Escuela Bíblica Dominical, la cual ella impartía, había respondido a una pregunta de este tipo.

El hecho de ser "del mundo" era como ser una bestia apocalíptica entregada a los deseos carnales. Al no tener ningún respeto hacía Dios y la iglesia, a ser completamente libre de hacer lo que quisieras y no tener ningún remordimiento (desde que la escuche me sedujo la profundidad de su significado).

¡Obviamente! - Confesé.

Pues entonces; ¿Eres hijo del diablo? - Reclamó la anciana.

¡WTF!, ejem, perdón, ¿Qué acaba de decir hermana? - Inspiradamente pregunté a su analogía extraña de la humanidad del diablo, ya que no tenía conocimiento que pudiera tener hijos.

Si tu crees que los católicos, cristianos, judíos, islámicos y testigos de Jehová somos iguales, y todos somos los que generamos nuestros propios problemas eso quiere decir que no creen en Dios, que eres un ente del mal - Contestó el lado mas religioso y apostólico de la viejecita, con su velo color negro de parte aguas, de esos velos que nieblan el pensamiento y el conocimiento hacia la razón, hacia la pureza humana, de esos velos que sólo se usan en la iglesia.

Sólo dije que los que creen en un Dios son
intolerantes - Con una gran sonrisa de oreja a oreja susurré a todos los presentes. De los cuales estaba el hijo del pastor, el niño mas ñoño que he visto en toda mi vida. Su mayor maldad era haber ido a jugar videojuegos a la hora en que su papá predicaba unas cuantas mentiras de un versículo de romanos de 6 líneas. Su papá tenía el don de hacer 2 horas de predicación con gritos y efectos especiales de unas cuantas líneas de versículos de la Biblia sin sentido.

¿Intolerantes?, ¿In-to-le-ran-tes?
- Respondió el vejestorio con un tono de mamá enojada cuando sacas mal una nota en la escuela. ¡Nosotros no somos intolerantes! Nosotros creemos en un Dios de justicia que castigará a los que no crean en él, que hará sufrir a los malditos, los quemará en azufre del infierno y nos dará vida eterna a todos los que le seguimos - Gritó la senil señora como poseída por la voz de un dirigente de sindicato de trabajadores de la CTM.

¡Amén!, ¡Amén! - Se escucho un coro de voces detrás de mí, cosa que era familiar después de discursos como el del esqueleto andante, ya que los feligreses de las iglesias están programados para decir esas palabras cuando alguien pronuncia: "Dios, pecado, salvador, infierno, cielo, Apocalipsis, salvación, diezmo, ofrenda y pastor".

Con toda la audiencia en mi contra, incluyendo al ñoño más grande del mundo, decidí terminar la conversación.

Bien, la intolerancia no es parte de mi modo de vida y como veo que ella es parte de los atributos de ese Dios que matará a todos, aún diciendo que los ama y que todos aquellos que tampoco tengan ese atributo no serán salvados por él, pues entonces, acepto la naturaleza que usted y Dios me otorgan: Soy tolerante, soy hijo del diablo, soy del mundo, soy humano.

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